El proceso comienza con una exploración física detallada, seguida de pruebas específicas según la patología:
 

• Anoscopia y rectoscopia: permiten visualizar directamente el canal anal y el recto, detectando hemorroides, fisuras, fístulas y lesiones sospechosas.

 

• Ecografía endoanal: evalúa la anatomía del esfínter y detecta abscesos o fístulas ocultas.

 

• Colonoscopia: indicada para descartar enfermedades asociadas del colon y detectar posibles lesiones precancerosas o cáncer colorrectal.

 

En patologías leves o moderadas, se priorizan opciones no quirúrgicas:
 

• Cambios en la dieta y hábitos intestinales

 

• Pomadas, supositorios y analgésicos específicos.

 

• Técnicas ambulatorias como ligadura con bandas, esclerosis o coagulación infrarroja.

 

Cuando se requiere intervención, contamos con cirugía proctológica avanzada:
 

• Tratamientos innovadores con láser de diodo, que ofrecen resultados precisos, mínimamente invasivos y con rápida recuperación.

 

• Técnicas mínimamente invasivas con láser, como FiLaC para fístulas o SiLaC para quistes pilonidales.

 

• Procedimientos quirúrgicos clásicos adaptados a cada paciente, con preservación de esfínteres y mínima molestia postoperatoria.

 

• Protocolos de recuperación rápida que permiten reincorporación temprana a la vida diaria.

 
Nuestro objetivo es combinar diagnóstico de precisión, innovación tecnológica y atención personalizada para ofrecer la mejor solución a cada paciente, garantizando seguridad, comodidad y eficacia en todos los tratamientos.