El láser de diodo utiliza energía lumínica controlada para coagular y sellar el tejido afectado, estimulando su cicatrización sin dañar el tejido sano que lo rodea. Esto significa que las intervenciones son menos agresivas que la cirugía tradicional, con menor dolor, menos sangrado y una recuperación mucho más rápida.
 

Este tipo de láser ofrece beneficios claros frente a las técnicas quirúrgicas convencionales:
 

• Recuperación rápida: la mayoría de los pacientes retoma sus actividades habituales en pocos días.

 

• Preservación del esfínter anal: se reduce el riesgo de incontinencia.

 

• Mínima invasión: se evita la necesidad de grandes cortes o resecciones.

 

• Resultados estéticos y funcionales superiores: menor cicatriz y menos molestias postoperatorias.

 

• Hemorroides: elimina el tejido hemorroidal de forma precisa, sin extirpaciones agresivas.

 

• Fisura anal crónica: relaja el esfínter y favorece la cicatrización.

 

• Fístula anal (FiLaC): cierra el trayecto fistuloso desde dentro, preservando el esfínter y reduciendo complicaciones.

 

• Quiste pilonidal (SiLaC): sella la cavidad quística sin necesidad de resecciones amplias.

 

• Condilomas anales (VPH): elimina verrugas respetando la piel sana.

• Menor daño térmico: la energía del láser de diodo se dirige específicamente al tejido afectado, evitando que el calor dañe el tejido sano alrededor. Esto significa menos inflamación, menor dolor y una cicatrización más rápida

 

• Mayor precisión en tejidos profundos: a diferencia del láser CO₂, que funciona mejor en superficies, el láser de diodo puede penetrar y tratar con precisión tejidos más profundos, como en fístulas o hemorroides internas, asegurando un tratamiento más completo.

 

• Recuperación más rápida y menos dolorosa: gracias a su acción selectiva y mínimamente invasiva, la mayoría de los pacientes puede retomar sus actividades habituales en pocos días, evitando los tiempos de convalecencia largos asociados a la cirugía tradicional.

 

• Reducción de complicaciones: al preservar el esfínter y el tejido sano, se disminuyen riesgos habituales como sangrado, infecciones o problemas de incontinencia, lo que mejora la seguridad y la comodidad durante el postoperatorio.