Los senos son el símbolo de la feminidad de una mujer, una parte crucial de su sexualidad y un vínculo entre una madre y un hijo durante la maternidad. Pero los senos son también los órganos femeninos que generan la mayor incidencia de cáncer entre las mujeres. De ahí nuestro interés en lo que es ampliamente conocido como detección temprana.
La mamografía es sin duda el método más eficaz para la detección del cáncer (el método utilizado para la detección temprana de la enfermedad). Es capaz de detectar entre el 35% y el 45% de los tumores menores de 1 cm, cuando todavía no se pueden sentir. Sin embargo, esta prueba es menos certera en las mujeres menores de 40 años debido a la mayor densidad del tejido mamario a una edad más joven. Por lo tanto, es importante que las mujeres menores de 40 años tengan en cuenta y evalúen sus riesgos relacionados con la familia. Por ejemplo, si tienen familiares directos con cáncer de mama en la familia o han tenido alguna vez una enfermedad de mama, es fundamental conocerlo para determinar que chequeos se necesitan. En estos casos, se recomienda una ecografía complementaria para diagnosticar pequeñas anormalidades ocultas que la mamografía es incapaz de detectar.
Todas las mujeres deben estar familiarizadas con sus propios pechos y los cambios que ocurren durante el ciclo mensual, para que puedan pedir una cita con un ginecólogo si detectan algo inusual. Por último, un examen clínico del seno debe ser parte del chequeo anual ginecológico, junto con la citología.
Los métodos no agresivos y rentables están disponibles en la actualidad para el diagnóstico precoz de enfermedades de la mama.
Ginecóloga, Especialista en Cáncer de Mama
octubre 19, 2016
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