La infección por Helicobacter pylori afecta a millones de personas en todo el mundo. Aunque algunos pueden ser portadores asintomáticos, otros experimentan una variedad de síntomas gastrointestinales, desde malestar abdominal hasta úlceras y, en casos graves, cáncer gástrico.
Ante esta realidad, la consulta con un especialista en aparato digestivo se vuelve crucial para un diagnóstico y tratamiento precisos.
En este artículo, el Dr. Rosales, especialista en aparato digestivo, nos ofrece su perspectiva experta sobre esta enfermedad, abordando su diagnóstico y opciones de tratamiento.
Helicobacter pylori es una bacteria comúnmente asociada con trastornos gastrointestinales, incluyendo úlceras estomacales y gastritis crónica. Aunque se ha investigado extensamente en las últimas décadas, sigue siendo un tema de interés debido a su prevalencia y sus implicaciones para la salud.
Esta bacteria, descubierta en 1982 por los científicos Barry Marshall y Robin Warren, se encuentra en el revestimiento del estómago y puede causar una variedad de síntomas, desde malestar abdominal hasta complicaciones más graves como úlceras pépticas y cáncer gástrico. Se estima que aproximadamente la mitad de la población mundial está infectada con H. pylori, aunque no todos desarrollan síntomas.
La infección por H. pylori generalmente se adquiere durante la infancia, a menudo a través de la exposición a alimentos o agua contaminados. La transmisión también puede ocurrir de persona a persona a través del contacto oral-fecal o por vía oral-oral.
La detección de H. pylori generalmente se realiza mediante pruebas de respiración, conocidos como test de aliento, cuya capacidad diagnóstica es muy elevada, o bien mediante análisis de heces, o biopsias durante una endoscopia.
Es importante no haber estado recientemente en tratamiento antibiótico ni con inhibidores de la bomba de protones (omeprazol y derivados) para no tener falsos negativos.
A pesar de que H. pylori está asociado con enfermedades gastrointestinales, no todas las infecciones requieren tratamiento.
Algunas personas infectadas nunca desarrollan síntomas, y la erradicación de la bacteria puede no ser necesaria en tales casos. Sin embargo, la posibilidad de desarrollar complicaciones futuras, algunas de ellas graves, están cambiando recientemente la tendencia a tratar a todas aquellas personas en las que se les detecte.
Por otro lado, en aquellos con úlceras o gastritis crónica sintomáticas, o necesidad de tratamiento crónico con derivados de aspirina o anti-inflamatorios, el tratamiento puede ser crucial para prevenir complicaciones futuras.
El tratamiento suele implicar una combinación de antibióticos y medicamentos que reducen la acidez estomacal, como los inhibidores de la bomba de protones, durante diez o catorce días. Sin embargo, la resistencia a los antibióticos es un problema creciente y puede dificultar el tratamiento efectivo en algunos casos.
En resumen, Helicobacter pylori es una bacteria común que puede causar una variedad de problemas gastrointestinales. Aunque su detección y tratamiento han mejorado considerablemente en las últimas décadas, sigue siendo importante entender sus implicaciones para la salud y buscar atención médica si se experimentan síntomas relacionados.
Dr. José Miguel Rosales Zábal.
Especialista en Aparato digestivo
abril 5, 2024
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