Como médico varón, entiendo que a medida que los hombres envejecen, pueden experimentar cambios que afectan su bienestar y vitalidad. Es natural buscar soluciones para sentirse mejor, y la terapia con testosterona inyectable a menudo surge como una opción atractiva. Sin embargo, es crucial entender qué es, para qué está médicamente indicada y, sobre todo, los serios riesgos de usarla sin la debida indicación y supervisión médica especializada.
La testosterona es la principal hormona sexual masculina, fundamental para el crecimiento, desarrollo y funcionamiento de los órganos sexuales masculinos, así como para el mantenimiento de características típicamente masculinas. Con la edad, sus niveles suelen disminuir gradualmente, alrededor del 1% anual después de los 30 o 40 años.
Las inyecciones de testosterona son formas de testosterona sintética que buscan reemplazar la hormona que el cuerpo no produce de forma natural. Su uso médico oficial y principal es para tratar los síntomas de baja testosterona en hombres diagnosticados con hipogonadismo, una condición médica donde el cuerpo no produce suficiente testosterona debido a problemas específicos en los testículos, la glándula pituitaria o el hipotálamo. Además, la testosterona enantato y los gránulos de testosterona pueden usarse para estimular la pubertad retardada en hombres.
Es fundamental comprender que la testosterona no debe usarse para tratar los síntomas de baja testosterona relacionados con el envejecimiento normal. Un médico medirá sus niveles de testosterona al menos dos veces antes de recomendar esta terapia, y el tratamiento solo está indicado si los niveles bajos de testosterona vienen acompañados de síntomas clínicamente relevantes.
Muchos hombres consideran la testosterona inyectable cuando experimentan síntomas como disminución del deseo sexual (libido), menos erecciones espontáneas, falta de energía, menor motivación e iniciativa, tristeza o depresión, problemas de concentración y memoria, o alteraciones del sueño y somnolencia. Aunque estos pueden ser signos de niveles bajos de testosterona, es vital saber que estos síntomas son inespecíficos y pueden ser causados por otras condiciones médicas o factores del estilo de vida.
Por ejemplo, la fatiga y la falta de vigor pueden deberse a:
- Efectos secundarios de otros medicamentos que esté tomando.
- Apnea obstructiva del sueño, un trastorno grave donde la respiración se detiene repetidamente durante el sueño.
- Problemas de tiroides, como el hipotiroidismo.
- Diabetes no controlada.
- Depresión o ansiedad.
- Malos hábitos de vida, como el sedentarismo o una nutrición inadecuada. De hecho, la pérdida de peso a través de una dieta baja en calorías y actividad física regular puede resultar en una pequeña mejora en los niveles de testosterona.
En muchos casos, el tratamiento de estas condiciones subyacentes o la mejora del estilo de vida puede aliviar los síntomas e incluso aumentar los niveles de testosterona de forma natural.
La testosterona inyectable se administra generalmente en el músculo o debajo de la pieL. La dosificación es un proceso altamente individualizado que un especialista (endocrinólogo, urólogo o internista) determinará basándose en pruebas de laboratorio de sus niveles de testosterona y su respuesta al tratamiento. El médico ajustará la dosis y monitoreará cuidadosamente los niveles en sangre para asegurarse de que sean terapéuticos y minimizar los riesgos. No existe una “dosis habitual” segura para la automedicación, ya que cada paciente tiene necesidades y riesgos distintos.
El uso de testosterona, especialmente en dosis más altas o sin supervisión médica, conlleva una serie de riesgos y efectos secundarios, tanto físicos como psicológicos, que pueden ser graves y comprometer su salud.
Efectos secundarios comunes:
- Acné y otras reacciones cutáneas.
- Agrandamiento o dolor en los senos (ginecomastia).
- Cambios en la voz, como ronquera o una voz más profunda.
- Dolor, enrojecimiento, hematomas, sangrado o endurecimiento en el lugar de la inyección.
- Cansancio, dificultad para conciliar o mantener el sueño.
- Cambios en el estado de ánimo. Irritabilidad.
- Aumento de peso, dolor de cabeza, dolor en las articulaciones y espalda.
Riesgos y efectos secundarios graves:
- Problemas cardíacos y cerebrovasculares: La testosterona puede aumentar la presión arterial, lo que incrementa el riesgo de sufrir un ataque cardíaco o un derrame cerebral, que pueden ser mortales. Se ha investigado un posible vínculo entre la terapia de testosterona y un mayor riesgo de enfermedades cardíacas. El hipogonadismo por sí solo es un factor de riesgo para eventos cardiovasculares adversos mayores como infarto de miocardio y accidente cerebrovascular.
- Afecciones de la próstata: Puede estimular el crecimiento no canceroso de la próstata (hiperplasia prostática benigna) y acelerar el crecimiento de un cáncer de próstata existente. El uso de testosterona puede aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de próstata.
- Problemas respiratorios: Puede empeorar la apnea del sueño, un trastorno potencialmente grave donde la respiración se detiene y comienza repetidamente durante el sueño.
- Afecciones hematológicas: Puede estimular la producción excesiva de glóbulos rojos, lo que aumenta el riesgo de formación de coágulos de sangre. Estos coágulos pueden desprenderse y alojarse en los pulmones, causando una embolia pulmonar.
- Fertilidad y función testicular: Las dosis altas de testosterona pueden limitar la producción de esperma y hacer que los testículos se encojan. En hombres jóvenes, puede cerrar prematuramente los cartílagos de crecimiento.
- Daño hepático: Aunque más asociado a las formulaciones orales, puede causar toxicidad hepática, incluyendo pruebas de función hepática anormales, colestasis e ictericia.
- Efectos psiquiátricos y de abstinencia: Se han reportado efectos secundarios graves con el uso de testosterona en dosis más altas o de formas no indicadas por un médico, incluyendo depresión, manía, comportamiento agresivo, alucinaciones o delirios. Además, si se suspende la testosterona de forma repentina después de usar dosis elevadas, se pueden experimentar síntomas de abstinencia como depresión, cansancio extremo, irritabilidad y disminución del deseo sexual.
- Falta de beneficios claros en hombres mayores sanos: Las guías clínicas indican que, si bien la terapia con testosterona puede mejorar ligeramente la función sexual en algunos hombres con hipogonadismo, hay poca evidencia de que mejore otras funciones como la vitalidad o la energía en hombres mayores por lo demás sanos.
La testosterona es una sustancia controlada y, para su uso médico legítimo, requiere receta médica y un control estricto. Adquirirla o usarla sin supervisión de un médico especialista, es sumamente peligroso.
Cuando se automedica, usted se expone a:
- Diagnóstico erróneo: Sus síntomas pueden deberse a otras condiciones médicas que requieren tratamientos específicos y urgentes. El uso de testosterona podría enmascarar estos problemas de salud subyacentes, retrasando un diagnóstico y tratamiento adecuados.
- Dosis inapropiadas: El uso de dosis demasiado altas o incorrectas amplifica significativamente los riesgos de efectos secundarios graves.
- Falta de monitoreo: Sin la supervisión de un médico, no se realizan los análisis de sangre periódicos necesarios para controlar los niveles de testosterona, la función hepática, la producción de glóbulos rojos, el estado de la próstata y la presión arterial. Este monitoreo es esencial para detectar y gestionar a tiempo cualquier efecto adverso.
- Interacciones peligrosas: La testosterona puede interactuar con otros medicamentos que esté tomando, aumentando el riesgo de complicaciones. Por ejemplo, está contraindicada en pacientes que toman nitratos debido al riesgo de hipotensión grave.
- Daño irreversible: La función testicular reducida y la disminución de la producción de esperma pueden ser permanentes, especialmente con el uso prolongado y en dosis elevadas.
Conclusión y recomendación final
La testosterona es un medicamento potente con indicaciones médicas específicas y riesgos importantes. Si experimenta síntomas como cansancio, disminución de la libido o falta de vitalidad, lo más importante es que consulte a un especialista.
Dr. David Díaz Sesé
Médico de Familia
July 18, 2025
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